El sector de la construcción industrial enfrenta un 2025 lleno de retos. Aunque los costes de los materiales han dejado de subir de forma abrupta, la escasez de mano de obra cualificada sigue siendo un problema grave. La falta de operarios especializados y de técnicos con experiencia está afectando tanto a los plazos de entrega como a los costes finales de los proyectos.
Otro obstáculo es la creciente dificultad para acceder a suelo industrial en zonas estratégicas. La alta demanda y la escasez de terrenos disponibles encarecen las inversiones, obligando a las empresas a buscar alternativas en ubicaciones menos competitivas. Esta situación impacta directamente en la planificación y ejecución de nuevos desarrollos industriales.
Para afrontar estos desafíos, el sector debe apostar por la digitalización, la optimización de procesos y la formación de nuevos profesionales. La adopción de tecnologías como la construcción modular o la automatización de tareas puede marcar la diferencia en la eficiencia y sostenibilidad de los proyectos.