El sector de la construcción global crecerá un 2,3% en 2025 y un 3,3% en 2026, impulsado por inversiones en infraestructura y la recuperación económica. Sin embargo, enfrenta dificultades como la crisis del mercado inmobiliario en China, que reduce la demanda de proyectos, y los altos tipos de interés en Europa y EE. UU., que han frenado la inversión en nuevas construcciones. Aun así, la reducción de la inflación y posibles recortes en las tasas de interés podrían mejorar la situación en la segunda mitad de 2025.
Además de los factores económicos, el sector se enfrenta a la escasez de mano de obra cualificada, lo que retrasa proyectos y aumenta los costos laborales, especialmente en países europeos como Alemania y el Reino Unido.
Para mitigar estos problemas, la industria está apostando por la digitalización y métodos innovadores como la construcción modular y la prefabricación, que agilizan los tiempos y reducen costos. También hay una fuerte presión para reducir su impacto ambiental, ya que la construcción representa una parte significativa del consumo energético y de las emisiones de CO2.