En los últimos años, las principales constructoras españolas han optado por deshacerse de activos en el país debido a la baja rentabilidad, canalizando estos recursos hacia inversiones más lucrativas en el negocio concesional en el extranjero. Empresas como Ferrovial, ACS y Sacyr han liderado esta tendencia, vendiendo activos por un total de 7.000 millones de euros en los últimos dos años, según un informe de Scope Group.
Esta estrategia ha permitido a estas compañías concentrarse en el mercado concesional, especialmente en Estados Unidos, donde los márgenes de beneficio son más amplios. Ferrovial, por ejemplo, tiene planes de ingresar a la bolsa estadounidense y ha destinado 9.500 millones de euros para renovar las terminales del aeropuerto JFK de Nueva York. ACS, por su parte, adquirió el 56,7% de la autopista de peaje SH 288 en Texas por 1.000 millones de euros, mientras que Sacyr negocia la construcción y operación a largo plazo de una autopista en Luisiana.
El informe destaca que, en 2022, las concesiones representaron alrededor del 20% de los ingresos de las grandes constructoras europeas, pero más del 65% del Ebitda. Este enfoque en las concesiones se debe a la presión sobre los márgenes de beneficio en la construcción, causada por cuellos de botella en la cadena de suministro y aumentos de costos, a pesar de carteras de pedidos sólidas.