El primer material que se utilizó en la pràctica para las estructuras sustentables fue el hierro y sus aleaciones.
Una de las principales ventajas del acero usado en la construcción industrial, es que es 100% reciclable, convirtiéndolo así en un elemento sostenible y con todas las garantías medioambientales. Debido a sus propiedades magnéticas, se puede reutilizar y reubicar muchas veces sin que pierda ningún tipo de calidad. También cabe destacar de que las estructuras metálicas ocupan menos espacio que las de hormigón, haciendo que la superficie interior habitable sea mayor.
Aún siendo un material reciclable, a día de hoy aún se sigue fabricando, debido a que la demanda de acero es superior a la oferta, pero en nuestro país se consiguen reciclar unos diez millones y medio de toneladas. Mejorando la eficiencia energética en su fabricación, y reduciendo así la contaminación ambiental. Transformándolo en el mayor exponente de la economía circular.
Otra de las ventajas del acero, y muy importante para el diseño de estructuras de grandes claros, es que tiene una alta resistencia mecánica y es muy ligero, facilitando mucho su transporte y agilizando su montaje. Pudiéndose prefabricar los elementos en el taller y unirlos posteriormente en la obra.
Es un material uniforme y homogéneo, con una elevada resistencia a los seísmos y una gran durabilidad, si se mantiene adecuadamente. También posee una ductilidad y tenacidad, que lo hace capaz de absorber una gran cantidad de energía.
Como hemos podido ver, el acero es uno de los materiales para estructuras que mayores beneficios tiene.