Las naves industriales necesitan tener limpias paredes, suelos y techos, y que estas superficies no produzcan polvo y sean fáciles de limpiar.
La suciedad es una problemática muy grave en los edificios, ya que hace que se deterioren antes, por eso hay que protegerlos de forma eficaz.
Deben tener un aspecto uniforme y por ello se debe aplicar un revestimiento de pintura tanto en el interior como en el exterior.
El primer paso es buscar qué tipo de pintura es el más apropiado para el pavimento, las paredes y techos, según el sustrato que se esté pintando y qué resistencia requiere el acabado.
Las más usadas en naves son las pinturas semibrillantes o blanco brillante, tanto resina alquídica como látex.
También se usan las pinturas epoxídicas, pero tienen un coste más elevado, ya que es un sistema más duradero y resistente.
Además es importante que en las superficies que se queden sin pintar se use la imprimación adecuada.
Hay que tener en consideración el color, ya que si se pinta en tonos oscuros harán falta más capas, y si se pinta en blanco este se volverá amarillento con el tiempo.
Antes de empezar a pintar se debe preparar la superficie de las paredes: raspar, lavar en agua fría y agua caliente, limpiar con hielo seco y chorro de arena y un lavado con solvente.
En Duinsa te aconsejaremos sobre cuál es la mejor solución para ti.