Un incendio en una empresa industrial puede causar un gran impacto sobre su actividad, instalaciones, maquinaria y materias primas, pero sobretodo por el riesgo que supone para la vida de sus trabajadores.
Actualmente, la ley obliga a las empresas a implantar una sectorización en sus naves, para una mayor protección ante posibles incendios y, en el caso de que se produzcan, reducir al mínimo su impacto y gravedad.
Uno de los sistemas de protección pasivos más eficientes son las franjas cortafuegos. Se pueden ubicar en cubiertas, fachadas o como elementos de sectorización en paredes medianeras. Evitando así la propagación del fuego, e impidiendo que haya daños en otras secciones de la nave o en naves industriales contiguas.
Las franjas tienen que estar construidas con materiales resistentes al fuego y con capacidad portante, integridad y aislamiento. Se acostumbran a usar composites con una combinación de distintos materiales.
Al dividir el espacio en distintos volúmenes, se puede acotar el fuego solamente en el lugar donde se ha declarado el incendio, permitiendo así la evacuación de la plantilla y ayudando en las tareas de extinción.